Gracias al beisbol, Juan Cirerol toca la
guitarra, le canta a las cholas bonitas y se la pasa los días pisteando con
puro perico del bueno. El chiquillo jugaba todos los sábados el llamado “rey de
los deportes”, era tercera base de Los Cachanillas hasta que en una barrida le
tronó su pierna derecha al intentar un robo de la segunda base. Su pie se atoró
en la arcilla y mordió el polvo. Lloró sin parar y se alejó para siempre del
diamante, una de sus grandes pasiones. Nunca imaginó que en la guitarra tendría
un extra inning en su vida.
A sus 13 años y tumbado en la cama,
comenzó a raspar las cuerdas de una vieja guitarra que estaba arrumbada y sin
dueño. A su corta edad, Juan estaba consciente de que algo terrible le pasaba:
no le gustaba la escuela, en Mexicali no había mucho qué hacer y se sentía muy
solo tras la inesperada muerte de su padre. Su ausencia sepultó todo, se sintió
fuera de lugar y sus noches agonizaban sin alivio. Tenía pesadillas. Pensaba
que si cerraba los ojos con todas sus fuerzas y recordaba a su papá por unos
minutos, aparecería debajo de la cama.
En ese tiempo, el maleficio extraviaba los
caminos. A pesar de todo, en su etapa de secundaria, Juan se la pasó muy bien
porque no sabía lo que hacía, se ponía muy “pirata”, tomaba caguamas
aprovechando que su madre no le ponía tanta atención. Era todo un libertino,
hasta que entró la mano firme de su abuelo, quien fue su principal influencia
musical. El viejo de Guasave, Sinaloa, fue bracero y coleccionaba discos de
música norteña y country. Escuchaban horas y horas aquellos acetatos de 12
pulgadas en una elegante consola Phillips.
El autor de anarco corridos, vive en un
barrio tan tranquilo que se escucha por las tardes el sonido del viento. Frente
a su casa hay una tienda de abarrotes y a lado un kínder. Dice que en Chicali
(Mexicali) hay muchos antros y es una rancho ciudad donde no pasa nada
extraordinario, salvo el sol quemante. A dos cuadras de distancia, se encuentra
la morada de su abuelo, su mamá vive con su nuevo esposo y él es feliz
compartiendo el hogar con sus sobrinos y su hermana.
Juan tenía 16 años cuando renunció a la
prepa y formó su primera banda. Tocaba rock pero sintió una falta de identidad
y decidió quitarle distorsión a las guitarras y cantar en español. Junto con el
baterista Martín del Prado, determinaron tocar música norteña y comenzaron a
sacar rolas y rolas con sus guitarras acústicas de Miguel y Miguel, Ramón Ayala
y Chalino Sánchez. Hojeó sus libretas y recuperó algunos poemas que había
dedicado a sus amores platónicos de la escuela, rescató frases de cosas y
situaciones que le molestaban y poco a poco desarrolló el sentido de las
palabras.
Dice que el primer libro que leyó fue uno
de pasta roja que se llamaba “Manual de cómo hablar correctamente”, tal vez por
eso llegó al tono de sus canciones. En “Vida de perro”, escuchamos una voz
aguardentosa y temeraria: Cuando
anduve como perro/de mí todos se burlaban/me daba un chingo de agüite/que todos
me pisotearan/hasta que un día me humillaron/se comieron sus palabras… Ahora la
suerte está de mi lado/les recuerdo a los ojetes/que se portaron bien
gacho/ahora me dicen/que se le ofrece mi hermano…
Las canciones de Juan Cirerol son una
mezcla del country de Johnny Cash y música norteña de Los Alegres de Terán; una
fusión del folk de Bob Dylan y ciertos toques de punk. Su disco debut “Ofrenda
al Mictlán”, tiene un sonido auténtico, poderoso, quizá por su producción
sencilla y grasosa.
Sus canciones son retadoras y están llenas
de sarcasmo que provocan carcajadas interminables, otras rolas son nostálgicas
y amorosas, unas más invitan al baile y a chupar caguamas. Pareciera que Juan
le sigue cantando a esa morra que se fue pero que sigue rondando en su mente.
En “Trucha porque no hay tiempo”, Juan canta doloroso: Recuerdo otra vez/hablando con papel/buscando una razón perfecta/para
volverte a ver
La creatividad en la escritura por Juan
Cirerol:
Como se dice popularmente, las reglas de la
poesia se hicieron para romperse. En tiempos modernos esto ya se ha convertido
ironicamente en una ‘’ regla’’ mas de la poesia por asi decirlo, y por
consiguiente yo la desecho. El punto, en este caso, el romper las reglas no
seria extrictamente un requisito para ser creativo.
El echo del ser o no ser creativo o del
pensar que existe un metodo detallado para serlo, en mi opinion es
completamente nulo. Pero, suponiendo que existiera un metodo para crear,
yo lo explicaria con estas sencillas frases:
‘’No comas demasiado rapido, mira tu comida
y platica con ella’’.
‘’ La creatividad no es un arte, vivir lo
es’’.
‘’ Nuestra conciencia siempre nos dira que
hay que preferir primero las ventajas ‘’.
‘’Hay formas estupidas de utilizar la
inteligencia’’.
‘’ La inteligencia de un autodidacta siempre
se basa en que tan consiente es de saberse un ignorante’’.
‘’ No le des mucho tiempo al destino’’.
‘’ Recoge tus maletas y vete de donde
estas’’.
‘’Cuando alcanzes el ‘’ exito’’ ¡ entonces
precupate!, ¡te encontraras con otros fracasados!’’.
‘’ Olvida que existe el escritor dentro de ti
‘’.
‘’ Las tortas de carne siempre saben mejor
si le metes un taco adentro’’.
‘’ Quiero pensar que esta carta no la esta
leyendo nadie’’.
‘’ De la forma mas tranquila, digo que me
gusta mas estar del lado opuesto al opuesto’’.
Asi pues, creo explicarme de la forma ideal
del como ‘’ crear’’ de forma libre y despreocupada; singnifica el
explotar al maximo la facultad de plasmar las ideas primarias
y
no substituir esa pureza con las ideas de las ideas. Se trata de
mantener libre el pensamiento de aquel ‘’ otro yo’’ que insiste en que hay que
pensar demasiado la idea o el proyecto. Se trata de confiar en el augurio; de practicar mas la espontaneidad, al
contrario del volverse un ‘’ purista’’, ¿ y por que ?; por que no existe
mucho tiempo para crear; todo se destruye mas rapido de lo que se crea.
Al terminar estas sencillas frases queridos
compañeros, yo finalizaria afirmandoles que a final de cuentas, temas
como este siempre terminan siendo meramente abstractos y que dentro de la
abstraccion, creo yo, se encuentra la razon ‘’ verdadera’’ de nuestros actos
artisticos. al final, todo termina dando un giro de 180 grados y
regresa a donde se quedo, por ejemplo: Al principio de esta carta.
Sin mas por el momento me despido, esperando
que, ¡no tomen en cuenta nada de lo que les eh dicho y sigan escribiendo!.
Amor y paz.
Juan Cirerol
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