En un momento entre el tiempo y
el espacio, los dioses se unieron, juntos, unidos, con un sólo fin.
Tenían que crear el espacio donde
sus descendientes ahí entre penumbras, se encontrarían, los dioses con los
elementos creadores.
El elemento fuego habló primero y
mencionó su existencia en este nuevo mundo, ya que parte de la vida defendía
él.
A continuación, el elemento
tierra habló y comentó que ella se sacrificaría para dar espacio donde la vida
pudiera florecer.
Después, el elemento agua comenzó
a hablar y explicó que él sería el encargado de dividir y alimentar a las
tierras secas y calientes.
Finalmente el elemento aire habló
y exclamó que sin él no existiría el movimiento, así que su sacrificio daría
movilidad al espacio.
Así los dioses finalmente uno a
uno. ofrecieron su vida para complementar a los dadores de energía.
Unos murieron y fueron animales,
otros fueron plantas y así sólo quedaron los dioses Tonatiuh y la diosa
Nanahuatzin.
Ellos dos serían los encargados
de cuidar a los descendientes, uno en el día y otro en la noche, así que se
convirtieron en sol y en la luna respectivamente, los cuales cuidarían de ellos
por los días y las noches, y así finalmente la creación había finalizado y los descendientes
existirían para siempre.
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