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lunes, 28 de febrero de 2011

Mensaje de Oscar de la Borbolla a los alumnos de Creatividad en la Escritura de la Universidad Mesoamericana

Yo empecé a escibir muy jóven para mí y, claro, sólo yo me entendía; aunque, por supuesto se lo leía a quien se dejaba y hasta si no se dajaba, y no una, sino muchas veces. Perdí novias y amigos. Cuando comprendí que la escritura fija, sujeta, con las palabras una historia o un sentimiento y que a veces uno cree que fija, pero no fija nada, traiciona, porque el lenguaje es perro, no se deja: dice lo que se le pega la gana y luego los demás entienden otro tanto. Cuando comprendí que tenía que escribir realmente lo que quería decir, cuando comprendí que no era perfecto, entonces comence de verdad a ser creativo. Pues por banal que parezca: se escribe para ser leído. El forcejeo con el lenguaje, teniendo en la mira a un destinatario, abre un abanico para la creatividad, en ese abanico está aquello que sólo uno ve, aquello que sólo uno piensa, está la voz individual de uno, lo nuevo que uno trae al mundo, pero esto que es la novedad, la originalidad tiene que ser entendido por otros, ajustarlo es todo el arte de este oficio. Tienes en tus manos "Los locos somos otro cosmos" de nada abría servido si hubiera pegado mal las palabras, si no se entendieran: la verdadera creación se dio no cuando se me ocurrió el disparate de escribir un cuento con O, sino cuando obligue al lenguaje a decir ese cuento a los demás. Te mando un abrazo a ti y a tus alumnos. ¿Quieren crear?, entonces, como dice Dalí: "sodomízarse el alma".

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